INTRODUCCIÓN
Los Siglos XV y XVI (características del Renacimiento en el Quattrocento y el Cinquecento)El Renacimiento expresa un movimiento y una época donde se retorna al estudio e imitación de la literatura, arte y filosofía de la antigüedad clásica griega y romana En pintura la renovación hacia lo clásico se realiza por medio del estudio del natural y de la aplicación de las leyes de la perspectiva, únicamente este arte recibe la influencia greco-romana a través de la arquitectura y la escultura.
Los cimientos de la renovación son varios, el eje más atrayente es el Humanismo orientado hacia el papel central del hombre y sus actos. La anatomía del hombre fue objeto de un minucioso estudio por parte de científicos, que dibujaban ordenadamente sus descubrimientos, involucrándose con frecuencia el rol del científico con el del pintor. Un pintor convenía de tener profundos conocimientos de teología, historia y mitología para estar autorizado en la representación de la historia que debería de narrar, el tornar a concentrarse en lo humano no es una dejadez de lo divino, por el contrario, lo divino es percibido desde la perspectiva humana para conferirlo de mayor significación: Dios trata de concebirse evidente a la razón humana, en vez de limitarlo a la impresión de la fe. Para una conveniente representación de la historia y de los personajes el pintor debería de laborar terceras ramas del saber: para los seres humanos, sé artículo anatomía y fisiología, también hubieron de estudiar mitología, lenguas clásicas y teología para representar dignamente, las escenas, los vestidos y los ambientes. La conquista de la tercera dimensión es fortalecida al colocar las figuras sobre un paisaje o en un interior, así tanto el propio volumen de la figura establece la profundidad, como también el hecho de moverse en un espacio aéreo a su alrededor.La mayor parte de la producción artística siguió consagrada al tópico religioso, con tres propósitos fundamentales: acrecentar la garantía de la predicación, lograr la emoción del fiel y conservar el dogma por medio de las imágenes. No obstante se introduce con ímpetu la pintura profana; por un lado germina el retrato representando a los mecenas de los pintores o a efigies representativas del saber, tanto moderno como antiguo; por otro la invasión del neoplatonismo florentino con representaciones paganas que se reajustan al cristianismo. La razón se recupera apoyándose en la reintroducción de la sabiduría clásica: los textos de la antigüedad que se atesoraban se traducen. Se inicia con vigor la pompa del retrato, se introducen mitologías, usualmente con trasfondo religioso e incluso misteriosos, es el caso de la obra de Botticelli, EL TRIUNFO DE LA PRIMAVERA.
Es esta etapa cuando los artistas principian en firmar sus obras, sus antecedentes biográficos son recogidos por los entendidos en arte, y sus teorías pictóricas están impregnadas de gran elaboración intelectual. El renacimiento se organiza en dos hemisferios, el Quattrocento o siglo XV y el Cinquecento o siglo XVI
En el Renacimiento, sus integrantes se autodenominan como hombres del Renacimiento, e inauguradores de una nueva Edad, la Edad Moderna, por oposición a la Edad Media , lazo de transición entre la grandiosidad de la Antigüedad clásica y su propia época.
Características del Renacimiento en los siglos XV y XVI:
El comienzo del Renacimiento Italiano suele datarse hacia el año 1420, el Renacimiento florentino es considerado por algunos historiadores del arte como un retomar la época de esplendor del Trecento temprano, en el cual se destacó Giotto por su naturalismo, donde según Vasari la renovación del arte se realiza por la imitación de la naturaleza que para él es lo mismo que el retorno de aquel (Giotto) a los maestros de la antigüedad.
La pintura del Renacimiento se data en Masaccio (1401-1428). La arquitectura en el florentino Filippo Brunelleschi (1377-1446) y la escultura en Donatello (1386-1466)
En la pintura renacentista Masaccio manifiesta el naturalismo de las representaciones figurativas y escénicas y el ilusionismo espacial logrado por la perspectiva central con que crea sus imágenes.
Otra característica del Renacimiento en Italia es el surgimiento del individualismo, el hombre se reconoce como individuo espiritual y como indicio de la creciente conciencia de si mismos que cobran los hombres del siglo XVI, toma reanimación, la pintura de retratos donde príncipes , nobles y miembros del alto clero se hacen retratar y también miembros de la burguesía como los comerciantes, los banqueros, artesanos y eruditos humanistas e inclusive los artistas que lograron ganarse el reconocimiento de la sociedad y gozar de sus privilegios.
Se pretendía especialmente en el siglo XV y XVI alcanzar la meta de convertirse en el hombre universal versado en muchas disciplinas, ideal que corresponde a algunos elegidos como Brunelleschi, Ghiberti, León Batista Alberti, Francesco Di Giorgio, Donato Bramante, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti y otros. En su mayoría también eran arquitectos.
La arquitectura no era considerada oficio autónomo ni poseía un sistema de formación propio, dado que quien era arquitecto anteriormente tendría formación artesanal en otra disciplina donde demostraría su destreza avanzando posteriormente en tareas de mayor envergadura donde se precisarían conocimientos en geometría y de teoría de las proporciones de la arquitectura antigua.
Los pintores y escultores ganarían su reconocimiento al no ser considerados artesanos normales, en la clasificación medieval de la pintura y la escultura , estas serían artes "mecánicas" no liberales. Condicionalmente las artes liberales se enseñaban en las universidades, entre ellas se destacan las disciplinas elementales como la gramática, lógica y retórica y las más elevadas como, aritmética, geometría, música y astronomía. La importancia de una formación elevada para los pintores y escultores la destacaría Ghiberti que sostenía que debían estudiar gramática , geometría, aritmética, astronomía, filosofía, historia, medicina, anatomía, perspectiva y "diseño teórico".
"La Puerta del Paraíso" del Baptisterio de Florencia realizada por Ghiberti marcará un punto de inflexión en la historia del arte.
Hasta entrado el siglo XV la palabra "artista" era utilizada para nombrar a los estudiantes de las artes liberales y no para un pintor y escultor. Pero los artistas como Ghiberti durante los siglos XV y XVI se emanciparon de la programática teológica dándole al concepto "artista" su significado moderno, el ser artista denota un ascenso de estatus social.
Anteriormente la iglesia había sido patrocinadora del arte pero en la Italia renacentista la mayoría de las imágenes serían encargadas por laicos. Los laicos y religiosos se comportaban como personas privadas o representantes de diversas corporaciones como los gremios responsables de las obras de la Catedral y del Baptisterio que encargaban mayormente obras como esculturas. Entre los corporativos se hallaban las hermandades destinadas a las tareas religiosas o caritativas que también se relacionaban con la política y la cultura. El Estado o Gobierno de las ciudades de la misma manera se mostraría como comitente.
Poco se diferenciarían los comitentes públicos de los privados cuando se habla de príncipes que actuaban como regentes del Estado, que no diferenciaban entre las funciones públicas y privadas. Los artistas recibían encargos de ellos y en oportunidades un empleo fijo como Leonardo Da Vinci en Milán. Este empleo tendría dos caras, dado que la mayor seguridad económica y aumento de prestigio estaba concatenada a obligaciones de presencia y dependencia en lo referido a la ejecución del trabajo.
Hay tres tipos de motivaciones para los encargos de pintura y escultura: la piedad, el prestigio y el placer, siendo esta la que ganaría importancia en el siglo XV y XVI las familias donde se destacara más esta característica será en las de formación Humanística, dado que entre los príncipes y representantes de las grandes familias, que actuaban como mecenas de las artes, los maestros humanistas, encontrarían sus alumnos. Así también en ocasiones los artistas recurrirían al consejo de los humanistas, en cuestiones de mitología clásica y de historia de la antigüedad para la realización de sus imágenes.
Los humanistas serían los primeros en difundir conocimientos de la tradición clásica por ser conocedores de literatura, también aquí los estímulos se remontarían al Trecento en el que la Antigüedad Clásica y su legado literario se reactivaría. Siendo Petrarca (1304-1374) transmisor del entusiasmo por la antigüedad a sus discípulos. Destacándose Coluccio Salutati que ocupara en 1375 el cargo de canciller en Florencia y se convertiría en el pionero de la Filología Clásica , entre sus alumnos se encuentran los humanistas de la próxima generación: Leonardo Bruni, Pietro Paolo Vergerio y Poggio Bracciolino. La percepción de la antigüedad humanística en los siglos XV y XVI se eleva al rango de ciencia en el plano teórico e ideológicamente en lo práctico se tematiza la relación entre el Renacimiento y la Antigüedad.
En lo que refiere a la arquitectura: el Papa Nicolás V sería uno de los más grandes constructores del Renacimiento y comitente de León Battista Alberti quien fue participe en los proyectos para reconstruir el Vaticano, el Papa consideraba que la pintura era capaz de hacer visible el poder divino, mostrando a las divinidades como hombres y mujeres reales y llenos de vida, mientras que la arquitectura presentaba obras para la eternidad donde las personalidades e instituciones gobernarían en el presente y los siglos venideros.
Con sus edificios recuperó un imperio desaparecido y lo pobló con los cristianos poniendo al frente al Papa como nuevo Pontifex Maximums reconstruyendo la Iglesia de San Pedro con un mayor esplendor y porte clásico dándole la apariencia de un "Monumento Perpetuo" creado por la mano de Dios siendo una prueba eterna de que a los papas le correspondía tanto el poder terrenal en Roma así como las llaves del cielo y de la tierra entregadas por Cristo a Pedro, primer Papa fundador de la Iglesia.
De este modo se recrea la Antigüedad como un imperio cristiano eterno. Siendo el Renacimiento un instrumento persuasivo, de la historia de Italia y utilizado como legitimador de una autoridad temporal y espiritual. Se puede limitar la arquitectura papal a los siglos XI y XVI donde alcanza el papado su máximo poderío y estuvo enmarcado en los movimientos de reforma religiosa decisivos. Donde el empeño de la iglesia fue fortalecer y propagar la fe en una comunidad en crecimiento especialmente, en el vulgo y la población laica no perteneciente a la nobleza.
El vulgo que se enriquecía crecía y emigraba a las ciudades cuando antes vivía en las tierras de los señores feudales o en pequeñas poblaciones de Italia, la Iglesia desidio prestarle una mayor atención y su arquitectura sería un medio de propaganda papal dirigida a los más receptivos y a los que serian su posterior apoyo. Los nuevos edificios y sus tipos se atribuían a las diversas instituciones creadas por el vulgo que eran destinatarias de la propaganda arquitectónica papal.
En el siglo XV personalidades importantes y familias pudientes construyeron sus residencias privadas, urbanas y de extramuros así como nuevos centros creados para la vida política y cultura cortesana de las ciudades, aplicando las formas arquitectónicas inspiradas en la Antigüedad. Desde el siglo XV al XVI también construyeron lejos de las ciudades, villas con jardines como nuevo centro de la cultura cortesana en Italia.
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